30 septiembre 2007

El turismo es un gran invento (2)

"Tengo miedo al avión
también tengo miedo al barco
por eso quiero saber lo que debo hacer
Pa’ cruzar el charco

Yo sabría esperar
porque el tiempo no me importa
Si construyeran un puente
desde Valencia hasta Mallorca

Será maravilloso viajar hasta Mallorca
sin necesidad de tomar el barco o el avión
sólo caminando, en bicicleta o autostop..."



Con o sin miedo a volar, durante muchos años los turistas eran recibidos en el aeropuerto de Mallorca por una flamante flotilla de Monocascos de Iberia, que los trasladaban raudos y veloces a sus hoteles y apartamentos de destino por toda la isla. Gracias a Miguel Ángel por remitirme estas dos fotos de unos tiempos en que atraídos por el sol, la playa y el "typical spanish" los turistas empezaban a visitarnos y nos dejaban divisas, nuevas costumbres, cambios de mentalidad y apertura al exterior. El dúo de arriba si no me equivoco espera a la puerta de la central de Iberia en la Plaza de España de Barcelona. El dúo que se aprecia abajo espera paciente en el párking de Son Sant Joan de Mallorca su correspondiente ración de nórdicas (atención también al Mofletes cisterna a al derecha). Quién sabe si en algún rincón de la isla sobreviven restos de ellos...



Aunque ya comenté algo sobre los Monocasco cuando hablé del kit de Modeltrans, apenas dije nada del por qué resulta un vehículo tan excepcional. El CETA (Centro de estudios Técnicos Avanzados) dio de sí todo lo que pudo en este diseño de autocar Pegaso Z-403 de 1950, con estructura autoportante (sin chasis) de acero, carrocería de aluminio, motor diesel de 125 cv en posición central, suspensión delantera independiente, amplia bodega para equipajes y todo tipo de comodidades (para la época) con las que hacer más agradable el viaje a los 30-45 pasajeros según versiones que podia acoger.

1 comentario:

Manuel Fernández dijo...

Javier:

Interesante y magnífico aporte para la historia del Monocasco es la fotografía inédita que has adjuntado en tu reseña.

Un saludo,

Manolo